Publicado el martes 09 de junio de 2020.
Mientras estudiaba Medicina Veterinaria, Claudio Azat estaba convencido de estudiar Ingeniería Forestal en simultáneo, pero por esas cosas de la vida, «eso no prosperó». También consideró estudiar medicina «humana», cómo él dice, pero finalmente se decantó por la fauna silvestre. Actualmente, Claudio es Director del Centro de Investigación de la Sustentabilidad de la UNAB (CIS-UNAB) y cuenta con una amplia experiencia internacional.
«Desde chico me llamó la atención la naturaleza. Yo tengo familiares en Los Alamos, provincia de Arauco, en el sur de Chile y todos los veranos estaba en contacto con la naturaleza», dice. Así, una cosa llevó a la otra. Su interés en la fauna silvestre lo llevó a la Medicina Veterinaria, al Zoológico Nacional (Parque Metropolitano) y finalmente al Zoológico del Bronx (EE.UU.), cuando sólo tenía 22 años.
Como estudiante de pregrado, hizo su tesis en nutrias con el profesor Gonzalo Medina y cuando terminó la carrera en la Universidad Austral, se adjudicó la beca Presidente de la República para seguir estudios de Master in Wild Animal Health, en el Royal Veterinary College y la Sociedad Zoológica de Londres. En dicha casa de estudios, realizó su tesis con el profesor Andrew Cunningham, donde pudo seguir la línea de investigación de anfibios que lo ha llevado a ser uno de los referentes en Chile.
De hecho, su tesis de magíster la hizo en el Museo Británico de Historia Natural, donde pudo estudiar toda la colección de ranas africanas de la familia Pipidae y analizar las enfermedades de estos anfibios (Quitridiomicosis). «Me fui empapando de las especies de allá y me quedó dando vuelta la idea de trabajar en África». Después prosiguió sus estudios de Doctorado asociado a la Sociedad Zoológica de Londres donde siguió profundizando sus estudios y el idioma inglés.
– ¿Qué ha sido lo más difícil?
– Yo tenía las ganas de estudiar afuera pero el dominio de idiomas nunca fue mi virtud. Mi primera experiencia en EE.UU. fue un choque fuerte porque me costaba bastante. En Londres hay mucha diferencia con los acentos, fue harto stress tratar de entender los acentos de Inglaterra, Escocia, Gales, pero de a poco las cosas se fueron dando. No tengo la habilidad innata pero hoy ya tengo cierto dominio.
– ¿Qué ganaste con tu experiencia internacional?
– La experiencia internacional me entregó la oportunidad de abrir los ojos al mundo. Suena cliché pero es verdad. Cuando estás encerrado en una cultura funcionas bajo esos estándares, pero viajar te abre un mundo de que en realidad no solo existe una forma de ver la vida, hay distintas formas de relacionarse, de ver a la naturaleza, es muy valioso porque me ha nutrido para respetar la diversidad social y cultural, pero también ver las problemáticas ambientales y sus soluciones de una forma distinta, la vida silvestre es un tema complejo por lo tanto siempre es importante analizarla de la forma más holistica posible.
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