Publicado el martes 09 de junio de 2020.
Mucho antes de ser Vicerrector de la UNAB en Viña del Mar, Gerald Pugh trabajó en una empresa multinacional que le permitió viajar y conocer gente de diversos países del mundo. Antes de su vida profesional, durante su educación media, vivió y estudió un par de años en el Reino Unido. Y hace pocos meses, en 2019, obtuvo su doctorado en Innovación Educativa en el Tecnológico de Monterrey (México). Su vida ha estado marcada por el contacto con el mundo exterior.
«Tengo muchas y diversas experiencias internacionales», nos cuenta en una videollamada en medio de la cuarentena. Todo comenzó hace muchos años atrás, cuando su padre, marino de profesión, fue destinado como agregado naval a la Embajada de Chile en Londres, lo que le permitió conocer la cultura de un país diferente a Chile que le abrió las puertas a vivencias más amplias. «Me enriqueció el modelo educativo de ese país», cuenta.
Posteriormente, como profesional (es ingeniero civil), trabajó en una empresa multinacional «en la que pude compartir con personas de todas partes del mundo, de otras culturas y diferentes religiones», provenientes de todos los continentes, con las cuales compartió y realizó cursos de capacitación profesional. «Eso me demostró que sin bien todos somos diferentes en muchas cosas, tales como el idioma, las comidas y los intereses personales, uno termina dándose cuenta de que existe una esencia que nos une, que nos hace que seamos muy parecidos», puntualiza.
Ya como académico, se interesó por el ámbito de la Innovación Educativa, donde nuevamente miró hacia el exterior. Después de varios años de estudio, en mayo de 2019 obtuvo un doctorado en el Tecnológico de Monterrey. Esa experiencia le permitió aumentar sus redes de cooperación académica, y actualmente trabaja junto a investigadores mexicanos en la línea de investigación de desarrollo de habilidades genéricas en estudiantes de educación superior. Fue en ese marco que pudo conocer en terreno el modelo de educación dual de Alemania, caracterizada por la unión entre industria y academia.
«Lo positivo de las experiencias internacionales es que se aprende mucho de personas de otras culturas, y te permite abrir la mente a nuevas ideas y a otras formas de abordar los problemas, es decir, te hace más flexible y adaptable al mundo», dice. Por otro lado, «la oferta académica en el exterior te abre un mundo enorme de variantes de especialización y te abre la posibilidad de generar redes de contactos con profesionales de otros países, lo que fortalece tus aptitudes».
«Por eso», dice, «me gusta trabajar con gente diferente en los equipos de trabajo, porque de esa manera hay opiniones diversas y se desafía el statu quo».
-¿Qué invitación les hace a los alumnos de la UNAB?
– Que aprovechen toda oportunidad que les permita interactuar con académicos y estudiantes de otros países. Que, al viajar a otros países, se enriquezcan personal y profesionalmente, que fortalezcan sus redes de contacto. Que conozcan gente y que generen lazos que puedan mantener al volver al país.
– ¿Qué es lo que más valora de la experiencia internacional?
– Los amigos que fui ganando en el tiempo.
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