Publicado el 14 de abril de 2020.
Lo que empezó como una postulación sin expectativas terminó en una frenética carrera de papeleos y trámites de aduana que embarcaron a Nury Soto rumbo a Barcelona y África en un viaje de siete meses.
Esta historia comenzó en agosto 2018, cuando postuló sin éxito al programa de Doble Título. «Quedé fuera por dos décimas y sólo había cinco cupos para ese programa». Frustrada, no le quedó más remedio que volver a sus estudios de Enfermería en la sede de Viña del Mar. Pero en marzo lo volvió a intentar, sin expectativas y sin decirle a nadie. «Que no supiera ni mi familia ni mis amigos», cuenta. Y sin esperarlo, fue aceptada en el programa de Intercambio de la Universitat de Vic. Y ahí cambió todo.
Pasajes para el mundo
El intercambio comenzaba en septiembre pero Nury viajó un mes antes junto a su madre para viajar por Europa y conocer Barcelona y la costa catalana, Milán, Venecia, Verona, Florencia, Roma y París. Eso, además de buscar un lugar de alojamiento durante su estancia.
El 5 de septiembre, día de inicio del intercambio, coincidió con su cumpleaños, por lo que todos los chicos terminaron en el bar y celebrando a nuestra protagonista.
La vida transcurrió con normalidad en el municipio de Vic, con una práctica de Enfermería Pediátrica en el Hospital Universitari de Vic y una estancia en la ciudad del mismo nombre.
Sus actividades académicas las complementó con sus clases de poledance y yoga durante la semana y viajes de fin de semana para visitar la costa catalana. Un día, en una de las tantas reuniones de chicos de intercambio, Nury conoció a una estudiante del País Vasco que comenzó a hablar sobre un voluntariado en África. Y curiosa, al regresar a su casa comenzó a investigar un poco más. Y así llegó hasta la ONG Future For África.
«Les escribí a través de su Instagram sin expectativas, pero me respondieron a los pocos días: ‘envíanos tus antecedentes por correo y agendemos una reunión en inglés'»… Y así, el 22 de diciembre de 2019, Nury se embarcó rumbo a Ghana (África) para realizar un programa de voluntariado de dos meses. «Todo encajó porque terminé mi programa de Vic el 5 de Diciembre y me fui a África para pasar la Navidad y el Año Nuevo lleno de energías renovadoras para el 2020, hasta febrero de este año 2020».
Al llegar, los representantes de la ONG la recibieron en el aeropuerto «con un cartelito». Fue una experiencia desafiante, porque pudo ver con sus propios ojos la realidad de la salud africana. «Hay que ir con la mente abierta», dice. Sus días transcurrieron en el Hospital Regional de Bolgatanga (100 km al norte de Acra, la capital) donde prestó servicios en las áreas de Pediatría, UCI Neonatal y Pediátrica y Maternidad.
Lamentablemente, «el hospital no contaba con los recursos humanos, materiales, tecnológicos ni económicos adecuados para brindar una atención de calidad». Uno de las primeras experiencias fue cuando utilizó un pedacito de algodón en un procedimiento. «Me dijeron que estaba usando mucho… que el stock que había era para un mes, y la verdad es que solamente estaba usando lo mismo que usamos en cualquier procedimiento de punción venosa en Chile», dice.
Nury cuenta que el equipamiento es tan escaso que el recinto hospitalario llega a usar una incubadora para dos neonatos. «La dinámica de trabajo es totalmente distinta. Los enfermeros pediátricos hacen una especialidad de dos años más para poder recetar medicamentos», cuenta. Ante la falta de stock, «los partos naturales se hacían sin antestesia, y sólo se usaba en cesáreas en pabellón (…) Definitivamente siento gran admiración a la mujer africana, es muy fuerte, valiente y tienen mucho amor por entregar».
Por las tardes, Nury visitaba orfanatos y distintas comunidades donde opera la ONG Future For África para compartir con los niños y enseñarles RCP y matemáticas. La experiencia se vio recompensada «con la alegría de los niños de jugar y que te esperaban».
P: ¿Recomendarías el intercambio?
R: «La verdad recomiendo por completo vivir la experiencia de vivir tus propios sueños, de no dejar nunca de creer que lo que está a destinado a ser… SERÁ para tí. No dudes, sé perseverante, escucha solo a tu corazón, porque él sabe lo que necesitas y estás dispuesto a dar. Los invito a seguir luchando por un futuro mejor, será una experiencia que te hará enriquecer y fortalecer quién eres, y recordar que todos nacimos por amor y estamos hechos para transmitir amor».
Nury volvió a Chile el 1 de marzo después de recorrer 44 mil kilómetros, visitar Europa, África y Asia (hizo una escala en Dubai), haberse transformado en Embajadora de Future For Africa en nuestro país… y de haber conocido a su pololo en Barcelona.